Si te caes en un hoyo, a veces lo primero que haces para salir es cavar más profundo.
Solicitar ayuda profesional puede marcar la diferencia en un proceso de depresión.
Todos nos hemos sentido tristes en algún momento. Tal vez fue después de una pérdida, un cambio difícil o simplemente un mal día. Pero la depresión va más allá de una tristeza pasajera. Es una condición de salud mental que afecta a la esfera global de la persona, a cómo una persona se siente, piensa y actúa.
Cuando alguien tiene depresión, puede sentirse atrapado en una tristeza profunda que no desaparece con el tiempo. Las actividades que antes disfrutaban ya no parecen interesarles, y puede parecer que la vida ha perdido su color y sentido. Este estado puede durar semanas, meses o incluso años, afectando la calidad de vida.
¿Qué puede causar la depresión?
No hay una sola causa. La depresión puede surgir por varios factores, como:
- Cambios químicos en el cerebro: A veces, el cerebro tiene un desequilibrio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores.
- Factores genéticos: Si algún familiar cercano ha tenido depresión, existe mayor probabilidad de desarrollarla, pudiendo haber una predisposición genética.
- Eventos de la vida: Experiencias estresantes, traumas o pérdidas pueden desencadenar una depresión.
- Enfermedades físicas: Algunas condiciones de salud también pueden estar relacionadas con la depresión, como problemas hormonales o enfermedades crónicas.
- Personalidad: ciertos rasgos de personalidad, como baja autoestima o tendencia al pesimismo, pueden aumentar la vulnerabilidad ante la depresión.
¿Cómo se siente la depresión?
Los síntomas varían de una persona a otra, pero algunos de los más comunes incluyen:
- Sentirse triste o vacío la mayor parte del tiempo.
- Perder interés en actividades que antes disfrutaban.
- Cambios en el apetito o el sueño.
- Sentimientos de culpa o inutilidad.
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Pensamientos sobre la muerte o el suicidio.
- Irritabilidad
- Pérdida de placer en actividades que antes disfrutaban.
Es importante recordar que tener depresión no es un signo de debilidad. Es una condición real, como cualquier otra enfermedad, y necesita ser tratada.
Viviendo con depresión
Vivir con depresión puede ser un desafío, pero es importante recordar que la recuperación es posible. Algunas estrategias para manejar la depresión en el día a día incluyen:
- Establecer rutinas y metas realistas.
- Mantener conexiones sociales, incluso cuando no te sientas con ganas.
- Practicar el autocuidado y la autocompasión.
- Evitar el alcohol y las drogas, que pueden empeorar los síntomas.
- Buscar apoyo en grupos de ayuda o terapia de grupo.
- Educarse sobre la depresión para entender mejor la condición.
El Papel de la Sociedad
La sociedad juega un papel crucial en la forma en que se percibe y trata la depresión. Es fundamental:
- Reducir el estigma asociado con la depresión y otras enfermedades mentales: uno de los mayores obstáculos para las personas que sufren depresión es el estigma social asociado con los trastornos mentales. La sociedad a menudo percibe la depresión como una debilidad o algo que la persona podría «superar» si se esforzara más, lo que lleva a juicios y malentendidos. Este estigma puede impedir que las personas busquen ayuda, ya que temen ser juzgadas o marginadas.
- Promover la educación sobre salud mental en escuelas y lugares de trabajo: la educación es clave para que la sociedad entienda qué es la depresión, cómo reconocer los signos y cómo ayudar a quienes la padecen. Incorporar la salud mental en los planes de estudio desde edades tempranas no solo ayudará a los jóvenes a identificar y manejar sus propias emociones, sino que también fomentará una generación más consciente y comprensiva.
- Mejorar el acceso a servicios de salud mental: la sociedad debe garantizar que las personas tengan acceso a tratamientos adecuados, independientemente de su situación económica o geográfica. Esto incluye desde servicios de salud mental accesibles (psicólogos, psiquiatras, terapias) hasta líneas de ayuda gratuitas para emergencias. En muchos lugares, la atención en salud mental sigue siendo un lujo inaccesible para quienes más lo necesitan.
- Fomentar un ambiente de apoyo y comprensión para aquellos que luchan contra la depresión: Tener una red de apoyo social fuerte puede marcar una gran diferencia en el manejo de la depresión. La sociedad puede ayudar promoviendo actividades comunitarias, grupos de apoyo y programas que fomenten las conexiones humanas. Estos espacios permiten a las personas salir del aislamiento, sentirse acompañadas y compartir experiencias similares. Además, fomentar la participación en actividades saludables, como deportes, arte o voluntariado, puede ser una excelente manera de fortalecer la salud mental de una comunidad.
- Responsabilidad de los medios de comunicación: los medios de comunicación también juegan un papel central. A través de ellos se puede sensibilizar sobre la importancia de cuidar la salud mental, normalizar el pedir ayuda y ofrecer recursos e información verificada. Sin embargo, es importante que lo hagan de manera responsable, evitando sensacionalismos o representaciones erróneas de la depresión que puedan perpetuar estereotipos dañinos.
¿Se puede superar la depresión?
A lo largo de los años se ha podido observar que la depresión es una condición que se puede tratar. Con la ayuda adecuada, muchas personas logran mejorar significativamente su calidad de vida. El tratamiento generalmente incluye psicoterapia, medicación o una combinación de ambas. En la terapia, las personas aprenden nuevas formas de enfrentar sus pensamientos negativos y desarrollar habilidades para manejar el estrés.
Uno de los enfoques más efectivos es la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que invita a las personas a aceptar sus emociones difíciles y comprometerse con acciones que les ayuden a vivir una vida más plena, de acuerdo con sus valores. También se ha demostrado que el ejercicio regular, una dieta equilibrada y un buen descanso pueden contribuir positivamente al tratamiento de la depresión.
¿Qué podemos hacer?
Si tú o alguien que conoces está pasando por esto, buscar ayuda es el primer paso. Hablar con un profesional de la salud mental puede llevar a que haya un cambio, y poder comenzar una posible intervención. Pide cita en Clínica de Psicoterapia INTRAS.
Metáfora del hoy y la pala
El uso de metáforas suele ser muy útiles en la intervención para poder ver desde otra perspectiva y poder ser observadores de una problemática. A continuación, vamos a poner un ejemplo de lo que ocurre con la evitación, la que en muchas ocasiones ocurre cuando nos sentimos tristes, estamos pasando por una mala “época” o estamos en un entorno que nos hace “sufrir”.
«Te caes a un hoyo profundo y lo único con lo que cuentas para salir de ahí es con una pala. Como no sabes muy bien qué hacer y te desesperas, empiezas a usar tu pala.
Poco a poco, te hundes más en el hoyo, ya que, al quitar tierra, este se hace más profundo y a ti te es mucho más difícil salir. ¿No hubiese sido mejor usar la pala de otra manera? ¿No podríamos haber esperado a que pasara alguien y nos ayudase a salir?»
La ansiedad que tenemos en muchas ocasiones por “salir de ese pozo” y del malestar que nos provoca, en ocasiones lo que hace es que nos enterremos aún más. Puede que al principio haya que tolerar convivir con el malestar para en el futuro poder buscar soluciones.
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