La habilidad de decir lo que pensamos de manera firme y con seguridad, respetando las ideas de los demás es conocida como asertividad. La asertividad es una de las habilidades más complejas de desarrollar y aún así una de las más útiles.
“Me siento una persona horrible cada vez que quiero decir que no a alguien… sin excusa, no puedo negarme…”
¿Te suena? ¿Lo has oído alguna vez? Para algunos de nosotros es “misión imposible” decir que no, ¿A que se debe esto? Es crucial que conozcamos la asertividad…
La asertividad suele verse truncada cuando tenemos baja autoestima, dándole mayor importancia a los sentimientos de los demás que a los propios. También se ve muy afectada por el sentimiento de culpa, sentir que estamos “fallando” o “decepcionando” a los demás. Como podemos ver, la principal causa a la hora de no ser capaz de decir que no es el peso que le damos a los demás, sobre nosotros mismos.
Entrenar la asertividad nos favorece en las relaciones sociales, ya que, cuando alguien posee un comportamiento que nos molesta, somos capaces de identificarlo, y hablando desde nosotros mismos y nuestro malestar, exponemos adecuadamente y de forma tranquila cual es la conducta que nos genera incomodidad. Esta comunicación siempre es respetuosa y busca el bienestar de ambos, esperando a un momento tranquilo y apropiado para comentar la situación.
Identificar que es lo que quieres y ser capaz de comunicarlo de la mejor forma, no solo favorece nuestro bienestar, también permite a los demás sentirse tranquilos y comunicativos con nosotros. Entre las cualidades de una persona asertiva, la mas destacable es la capacidad de «decir que no».
A pesar de que los problemas relacionados con «no se decir que no” son complejos, profundos, y muchas veces necesitan de atención especializada, vamos a enumerar algunas técnicas que sirven para poder negarse de forma clara y directa; entrenando, a la vez, la asertividad:
- Disco rayado: Tal y como su nombre indica, nos volveremos en un disco rayado, que solo repetirá “no” sin dar explicaciones ni justificación. La otra persona tratará de dar argumentos, pero pasado un tiempo, se rendirá pues la única respuesta que recibe es “no”.
- Compromiso viable: Buscar alternativas, ofrecer otras opciones que prefiramos. Como su nombre indica, debe ser algo viable para ambas personas.
- Banco de niebla: Aquí haremos creer que cedemos terreno, pero sin hacer la acción. Consiste en “dar la razón”, negándote después, por ejemplo: “Es verdad, pero no lo voy a hacer” “Tienes razón, pero no quiero”.
- Aplazamiento: Esta hay que utilizarla cuando no estamos seguros de si queremos o no hacer algo. De este modo, nos damos el tiempo para reflexionar. “Mañana hablamos” “Lo pensaré”.
- Espejo: Consiste en devolver la información que el otro nos está dando, o la forma en la que nos está haciendo sentir. “Si no voy, os arruino el día” “Si no lo hago, soy la persona más aburrida del mundo”.
No tenemos por qué elegir solo una técnica, podemos mezclarlas o ajustarlas a las diversas situaciones que pueden aparecer. Aprender a negarse y no hacer cosas por presión social es el primer paso para entrenar la asertividad y sentirnos mejor con cada decisión que tomemos.
Las dificultades a la hora de poner limites suelen provenir de experiencias negativas cuando hemos dicho que no a alguien, y muchas veces la causa y la consecuencia recaen en la baja autoestima; tema que se trató con anterioridad en el Blog 1.
Como podemos ver, las dificultades respecto a poner límites suelen tener una raíz mucho mas compleja, pero con la ayuda de un profesional y la implementación de estas técnicas, se pueden sortear fácilmente.
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