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Blog 1: Aprendamos sobre autoestima

La autoestima se genera a lo largo de la vida y hace referencia al conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos dirigidas hacia la propia persona, por tanto, es la valoración que hacemos de nuestras propias cualidades, habilidades, logros, imagen personal…

Por lo tanto, está muy influida por las experiencias vividas con nuestro entorno más cercano, la interacción con los demás y con nuestros propios procesos cognitivos.

Existen varios factores que influyen en el desarrollo de la autoestima:

  1. La educación y modelos de crianza que hemos recibido y los mensajes que nos han transmitido sobre nuestro valor, capacidades y expectativas. Por ejemplo, si tu entorno te apoya y te inicita a creer a ti mismo es probable que generes una autoestima saludable, frente a aquellas personas que solo obtienen críticas y mensajes negativos.
  2. Las relaciones sociales con compañeros, amigos, familiares.
  3. La aceptación y el reconocimiento personal que tenemos de nosotros mismos. Identificar las propias fortalezas y habilidades; aceptar las debilidades y trabajar en ellas para crecer. También es importante auto-reforzarse cuando se logra algo.
  4. Los factores culturales (estereotipos de belleza, roles de género, desigualdad de género) todo ello influye también en la autopercepción.

Las experiencias de nuestra infancia y adolescencia tienen un impacto importante en la formación de nuestra imagen personal y viene de diferentes ámbitos: familia, escuela, el grupo de amigos. Algunas de las experiencias que pueden influir en nuestra autoestima son:

  • Tipo de apego que establecemos con nuestras figuras de cuidado.
  • Tipo de apoyo que recibimos de nuestras figuras de cuidado o autoridad.
  • Tipo de comparación que hacemos con nosotros mismos o con los demás.

La autoestima y la salud mental se encuentran muy relacionadas ya que la forma en que nos valoramos a nosotros mismos influye en cómo pensamos, sentimos y actuamos en nuestra vida.

Una buena salud mental tiene una buena autoestima, la cual se caracteriza por tener una valoración realista, equilibrada y flexible de nuestras cualidades, capacidades y logros, así como de conocer y aceptar nuestras debilidades y limitaciones.

Una buena autoestima puede contribuir al bienestar emocional de varias formas:

  • Facilita la autoaceptación lo que reduce el estrés, la ansiedad y la depresión.
  • Aumenta la motivación y el aprendizaje, lo que facilita el logro de metas y la satisfacción personal.
  • La resiliencia y la adaptación son potenciadas, lo que ayuda a superar las dificultades y los fracasos.
  • Mejora la autoeficacia y la confianza, lo que incrementa la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones.
  • Promueve la autoexpresión y la creatividad, lo que permite desarrollar el potencial personal.
  • Favorece la autoconciencia y la autorreflexión, lo que permite comprender y regular las emociones y los pensamientos.

Las comparaciones sociales y las expectativas externas influyen en la construcción de nuestra personalidad y pueden tener efectos tanto positivos como negativos. Por un lado, pueden servir como una fuente de apoyo, reconocimiento y retroalimentación, al proporcionar orientación y confianza. Por otro lado, pueden generar sentimientos de presión, ansiedad y culpa, al provocar un conflicto entre lo que los demás esperan y lo que la persona quiere o puede hacer.

Aprendamos sobre autoestima 2 - Psicólogos en Castilla y León

Algunas de las señales que pueden indicar que una persona tiene una autoestima baja pueden ser:

  • Dudar de lo que los demás dicen o hacen por nosotros, pensando que no nos lo merecemos.
  • Estar siempre a la defensiva, interpretando las críticas como ataques personales y reaccionando con agresividad o sumisión.
  • Evadir el conflicto, fingiendo que todo está bien o cediendo ante las demandas de los demás, sin expresar nuestras opiniones o necesidades.
  • Compararse con los demás, idealizando o devaluando a uno mismo o a los otros, y sintiendo envidia o inferioridad.
  • Considerar los logros propios como una cuestión de suerte, y no de esfuerzo o capacidad, y minimizarlos o no celebrarlos.
  • Sentirse solo, aislado o incomprendido, y tener dificultades para establecer relaciones sanas y satisfactorias.
  • Hablarse a uno mismo de forma negativa, lleno de pensamientos que nos descalifican, culpabilizan o limitan.
  • Fijarse en los defectos y no reconocer las fortalezas o virtudes.
  • Sentir miedo, ansiedad o depresión y evitar enfrentarse a los retos o cambios.
  • Necesitar la aprobación de los demás, buscando complacerlos o impresionarlos, y dependiendo de su opinión para sentirse bien.

Algunas estrategias para mejorar la autoestima de manera saludable pueden ser:

  • Aumentar el autoconocimiento, identificando nuestras cualidades, capacidades y logros y valorándolos positivamente.
  • Entrenar la autoaceptación y autocompasión, y reconociendo nuestro valor como persona, reduciendo o evitando la autocrítica.
  • Potenciar la confianza, planteando metas realistas y desafiantes y esforzándonos para conseguirlas.
  • Valorarnos positivamente, celebrando nuestros éxitos y aprendiendo de nuestros fracasos y agradeciendo lo que tenemos y lo que somos.
  • Promover la autoconciencia y la autoreflexión, observando y regulando nuestras emociones, pensamientos…
  • Trabajar los valores personales.

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